el fragmento callado
El trabajo de Ana Urbina o Anita Veracruz ( Logroño, 1990), según ella misma dice, no trata de grandes temas. Es más, Veracruz dirige su mirada a las cosas pequeñas, a aquellas que pasan desapercibidas en lo cotidiano pero que sin embargo ocupan un lugar en el mundo, discreto y silencioso.

Entre resquicios de realidad, a veces considerados como ruina o deshecho, Anita plantea su obra como un ejercicio de atención a esas pequeñas cosas que ignoramos por su falta de valor productivo; es decir, se fija en realidades mínimas como pueden ser un desconchón de pintura seca, un trozo de madera abandonado o, por ejemplo, un retal sobrante de césped artificial.

Si hay algo que nos equipara como espectadores (e individuos) con esas pequeñas cosas es el verbo compartido, el verbo existir, que explica que de igual manera habitamos el mundo más allá de cuánto o cómo interctuemos con él y lo modifiquemos.

Pero si hay alguien más hábil para intervenir sobre nuestro mundo ese es el artista. Anita, como tal, rescata fragmentos de realidad y dialoga con ellos desde el lenguaje de la existencia, de la creación, dándoles la oportunidad de ser (ad)mirados. Ahora, esos fragmentos, tienen la ocasión de formar parte de un acontecimiento artístico constituyendo otras realidades, las piezas escultóricas, y esto hace que el espectador pueda leerlos como obras de arte, cuando antes los ignoraba.
Partiendo de aquellas anónimas y solitarias cosas la artista construye un trabajo delicado pero lleno de presencia; también es una obra consecuente puesto que los materiales son, precisamente, humildes y con ellos concibe piezas discretas y amables. La paleta de color que utiliza es suave y sencilla, manteniendo el interés por el material en bruto, respetando en ocasiones su color natural y textura.

Todas las piezas de esta muestra, El fragmento callado, están conectadas formando un conjunto tal y como sucede en la propia realidad, donde seres y objetos componen un sistema que llamado mundo. Esta exposición es una gran instalación de piezas que dialogan (más bien susurran) y producen una atmósfera íntima gracias a la sencillez y la calidez de todos sus elementos.

El fragmento callado es un espacio pensado para las nuevas oportunidades de ver, de ser visto y, por tanto, de existir.

kippel.blog
Cristina Fernández Crespo.
Comisaria de la exposición.
El fragmento callado
info
menú
los diminutos
works